El término ¨Concierge¨ proviene del francés ¨Comte des Cierges¨, algo así como ¨guardián de las velas¨ , personas que solían visitar a los nobles en sus castillos durante la Edad Media. La traducción actual más utilizada en castellano es la de ¨Conserje¨, y que se asocia con los responsables en los hoteles de lujo o apartamentos privados de reservar un restaurante, pedir un taxi, encargar unas flores, etc.
Éste término ha evolucionado y hoy día se aplica a los profesionales encargados de arreglar y solucionar cualquier petición de sus clientes (papeleos, encargos personales, tareas varias, compras...) algo así como un asistente personal.
En el entorno del turismo, que es al que me refiero, un Concierge o Travel Concierge es aquella persona que ofrece sus servicios a clientes para organizarles cualquier cosa que deseen dentro del entorno del mundo de los viajes y eventos. Siempre relacionado con el turismo de lujo, un Concierge es la evolución de la agencia de viajes tradicional hacia un servicio personalizado que una sola persona o un conjunto de ellas puede ofrecer.
Este concepto está bastante extendido en países como Reino Unido o Estados Unidos. Sin embargo, En España, y aunque existen varias agencias o profesionales independientes (como es mi caso), no es aún un término demasiado conocido y entendido.
El Concierge basa su servicios en contactos personales o profesionales, a través de los cuales puede acceder a un universo de posibilidades de muy difícil acceso y de esta manera poder satisfacer siempre a sus clientes. Desde unas entradas vip de último minuto para una final de Champions League, pases para saludar al grupo o cantante de moda antes de un concierto, asientos en primera fila para las pasarelas de moda de Milán, París o Nueva York, pasando por acceso a las mejores fiestas privadas de los principales festivales internacionales de cine, o entradas para una final de NBA o Roland Garros, por poner algunos ejemplos.
Pero los servicios se extienden más allá, y como profesional especializado, también puede organizar eventos privados de todo tipo, un tour con expertos en arte, arquitectura o gastronomía, mesa en los mejores restaurantes o hasta alquilar las mejores villas de Ibiza y conseguir acceso a las discotecas de moda más solicitadas de la Costa Azul, Ibiza o Miami.
Los clientes que acceden a estos servicios son de alto o muy alto poder adquisitivo, conocidos en inglés con las siglas HNW (High Net Worth). La privacidad es esencial, así como los servicios ofrecidos. Esto es parte de la profesionalidad de un buen Concierge. Asímismo, la rapidez y eficacia son igualmente esenciales a la hora de conseguir la petición del cliente.
Evolucionamos hacia un turismo personalizado, que se profesionaliza en aspectos muy concretos y que debe estar al día de todo lo nuevo, lo novedoso y diferente, ya que el cliente de hoy día, y más aún el cliente del turismo de lujo, está también evolucionando muy rápidamente, está preparado y sabe perfectamente lo que quiere y cómo lo quiere. Tener la capacidad de dárselo y de seguir ofreciendo un factor sorpresa añadido es la base del éxito de un buen profesional o Concierge.